volví del norte y no me había dado cuenta, pero me había sacado la ciudad de adentro
me fui tres semanas a dar vueltas y recorridos y caminos por montañas con pantalones hiper rompibles a través de diversos puntos desde la terminal en san miguel de tucumán (que fue la única área de san miguel que pisé), hasta las apuradas vías de villazón, en donde nuestras caras atraviesan una metamorphosis terrible y terminan siendo las tan odiadas de un yanqui en plaza francia, nomás que vestidos de colores mucho más alegres y con la mano temblándole de la voracidad un poco más, y con menos aire porque uno nunca se acostumbra a la altura realmente.
he sido
tan feliz
y con colores tan lindos, porque fui colores mucho más lindos que los que uno puede ser acá. por ejemplo sieto que soy como el pedazo de telar con forma de hoja de coca que está al lado de la hoja de coca que ahora cuelga al lado de mis llaves, o el pantalón que es tan amarillo que no puedo no usarlo, y que ni en mis sueños más extravagantes habría deseado poseer en mi antes.
y pinté mucho más que lo que pinto acá, con los mismos colores
o sea que volví con los pasteles todos terminados y un block todo terminado y uina mochila toda terminada de superllenar con ponchos y cosas.
y cuando vuelves hay fiesta en la cocina, y sin embargo cuando me bajé a hacer pis en la terminal de rosario (la primera ciudad ciudad ciudad-dad-dad) consideré ralmente muy en serio dejar la mochila adentro del micro y correr y hacer dedo hasta iruya, *llevame hasta iruya que acá hay humo*
y por supuesto luego fui una reina en mi casa, abriendo el agua caliente como cuando el chabón de náufrago prende y apaga el encendedor después de haber estado tres días para hacer fuego, y comiendo delicias gourmet jamás imaginadas como un asado asado por las expertas manos asaderas de mi tío el asador que asa asados, y que asa los asados que más se asan, con la especialidad tira de asado con la cual la reina sonia estuvo fantaseando las últimas dos semanas y media de sus tres semanas.
lejos de ponerme a verborragiar anécdotas (en una potencial verborragia sin precedentes en la historia del ser humano), quiero dar cuenta de la yo tan muy tan diferente y tan desciudadanizada que volvió. por ejemplo el primer colectivo que me tomé al volver fue tomado de una manera que no daba, desde la ropa que tenía puesta hasta la expresión de tranquilidad y la mariposa dándome vueltas alrededor, y me sentí fuera de las reglas universales de los colectivos.
así que imaginate. como para que se te borren las reglas universales de los colectivos.
y mañana parto hacia las costas a un viaje no tan cambiador de colores y un poco más ah-ese-viaje-que-hago-todos-los-años, pero al cual me llevo como para pintar todas las esquinas de las arenas y voy a ver el mar, voy a ver el mar el mar el mar.
he sido
tan feliz
y con colores tan lindos, porque fui colores mucho más lindos que los que uno puede ser acá. por ejemplo sieto que soy como el pedazo de telar con forma de hoja de coca que está al lado de la hoja de coca que ahora cuelga al lado de mis llaves, o el pantalón que es tan amarillo que no puedo no usarlo, y que ni en mis sueños más extravagantes habría deseado poseer en mi antes.
y pinté mucho más que lo que pinto acá, con los mismos colores
o sea que volví con los pasteles todos terminados y un block todo terminado y uina mochila toda terminada de superllenar con ponchos y cosas.
y cuando vuelves hay fiesta en la cocina, y sin embargo cuando me bajé a hacer pis en la terminal de rosario (la primera ciudad ciudad ciudad-dad-dad) consideré ralmente muy en serio dejar la mochila adentro del micro y correr y hacer dedo hasta iruya, *llevame hasta iruya que acá hay humo*
y por supuesto luego fui una reina en mi casa, abriendo el agua caliente como cuando el chabón de náufrago prende y apaga el encendedor después de haber estado tres días para hacer fuego, y comiendo delicias gourmet jamás imaginadas como un asado asado por las expertas manos asaderas de mi tío el asador que asa asados, y que asa los asados que más se asan, con la especialidad tira de asado con la cual la reina sonia estuvo fantaseando las últimas dos semanas y media de sus tres semanas.
lejos de ponerme a verborragiar anécdotas (en una potencial verborragia sin precedentes en la historia del ser humano), quiero dar cuenta de la yo tan muy tan diferente y tan desciudadanizada que volvió. por ejemplo el primer colectivo que me tomé al volver fue tomado de una manera que no daba, desde la ropa que tenía puesta hasta la expresión de tranquilidad y la mariposa dándome vueltas alrededor, y me sentí fuera de las reglas universales de los colectivos.
así que imaginate. como para que se te borren las reglas universales de los colectivos.
y mañana parto hacia las costas a un viaje no tan cambiador de colores y un poco más ah-ese-viaje-que-hago-todos-los-años, pero al cual me llevo como para pintar todas las esquinas de las arenas y voy a ver el mar, voy a ver el mar el mar el mar.